El marxismo es una teoría política, económica y social basada en las ideas del filósofo y economista alemán Karl Marx, quien vivió en el siglo XIX. Esta teoría sostiene que las sociedades humanas avanzan a través de conflictos entre clases sociales y que la lucha de clases es el motor de la historia. Según el marxismo, la clase dominante de una sociedad explota a la clase trabajadora para mantener su poder y riqueza. Esta explotación se manifiesta a través de la propiedad privada de los medios de producción, como fábricas, tierras y maquinaria, y la apropiación del excedente económico generado por los trabajadores. Esto genera una desigualdad social y económica que, según los marxistas, debe ser eliminada mediante una revolución social y la construcción de una sociedad socialista sin clases, donde la propiedad de los medios de producción se comparta equitativamente, creando así un mundo más justo.
El marxismo enfatiza la importancia del papel del estado como instrumento de la clase dominante para mantener su poder y control sobre la sociedad. Marx creía que la clase trabajadora debía luchar por la abolición del estado, que sería reemplazado por una sociedad autogestionada sin propiedad privada ni gobierno. Para ello, proponía la dictadura del proletariado, un concepto político que describe la etapa transitoria entre el capitalismo y la sociedad socialista sin clases. Marx creía que la única forma de abolir la desigualdad social y económica de la sociedad burguesa capitalista era a través de una revolución social liderada por la clase trabajadora, también conocida como proletariado.
Después de la revolución, según Marx, la clase trabajadora tomaría el control del estado y establecería esta dictadura del proletariado, que sería temporal y tendría como objetivo la eliminación de la propiedad privada y la construcción de una sociedad socialista sin clases. Durante este periodo, el estado actuaría como una herramienta para llevar a cabo la transformación social y económica necesaria para construir un mundo más igualitario. Para Marx, la dictadura del proletariado no se trataba de una dictadura en el sentido tradicional del término, sino de un período de transición en el que la clase trabajadora tendría el poder político para hacer los cambios necesarios para construir una sociedad sin clases. La idea era que, una vez eliminada la propiedad privada y construida una sociedad comunista, el estado dejaría de existir, junto con las clases sociales y los empresarios capitalistas, y la sociedad se autogobernaría, siendo libre.
El marxismo ha inspirado muchas revoluciones, como la Revolución Rusa de 1917, la Revolución China de 1949 y la Revolución Cubana de 1953, instaurándose formas de gobierno fuertemente estatistas y de corte totalitario. Por ello, el marxismo ha sido objeto de muchas críticas y debates a lo largo de los años, pero no se puede negar que sigue teniendo una influencia muy importante a nivel político y económico en todo el mundo.
Fases del marxismo hacia una sociedad comunista
Fase 0: Capitalismo La primera fase es el capitalismo, que según la teoría marxista es el estado en el que se encuentran la mayoría de las democracias liberales occidentales. En ellas, la propiedad privada y la explotación de los trabajadores son la norma. Marx creía que el capitalismo podía ser reemplazado por la siguiente fase.
Fase A: Socialismo La siguiente fase es el socialismo, también conocido como la dictadura del proletariado. Durante esta fase, la clase trabajadora toma el control del estado y establece una propiedad colectiva de los medios de producción. El objetivo es eliminar la desigualdad social y económica y establecer una sociedad sin clases.
Fase B: Comunismo pleno La fase final es el comunismo pleno, en la que la sociedad se autogobierna y no hay propiedad privada, no hay clases sociales y no hay estado. Marx creía que en esta etapa la sociedad habría alcanzado la plena igualdad y que la explotación y la opresión serían cosas del pasado.
Hasta la fecha, no se conoce ninguna sociedad que haya avanzado hasta el comunismo pleno desde que Marx formulara sus teorías. Las dos obras más conocidas de Karl Marx son el Manifiesto Comunista de 1848 y los tres volúmenes de El Capital, aparecidos entre 1867 y 1894. Friedrich Engels, amigo y colaborador de Marx, participó en la redacción del Manifiesto Comunista y en los dos últimos volúmenes de El Capital. En el Manifiesto Comunista se dice: «La historia de toda sociedad hasta nuestros días no ha sido sino la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, nobles y siervos, maestros y oficiales, en una palabra, opresores y oprimidos en lucha constante, mantuvieron una guerra ininterrumpida, ya abierta, ya disimulada, una guerra que terminaba siempre con una transformación revolucionaria de toda la sociedad o bien con la destrucción de las dos clases en pugna.»
Influenciados por Ludwig Feuerbach y Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Marx y Engels generaron un corpus dogmático de ideas con una clara vocación dialéctica, maniquea y revolucionaria. Esto, a su vez, generó una corriente historiográfica conocida como materialismo histórico, un marco conceptual o una filosofía para explicar la historia, que se fue constituyendo a la vez que fueron apareciendo diversas escuelas historiográficas nacionales. La corriente marxista sostiene que los procesos sociales y políticos están determinados por factores económicos y materiales colectivos, en lugar de ser el resultado de la voluntad individual u otros elementos. Según el materialismo histórico, las relaciones sociales y las instituciones políticas de una sociedad son el resultado de las fuerzas económicas que rigen la producción y distribución de bienes y servicios. En otras palabras, las condiciones materiales en las que vive la gente determinan su forma de vida, sus ideas y sus valores.
Modos de producción históricos según el materialismo histórico
1. Comunismo primitivo Típico de las sociedades tribales, donde existe una propiedad comunal de la tierra y una producción de bienes para la subsistencia, sin la presencia de clases sociales explotadoras. Este modo de producción se observa en las sociedades prehistóricas.
2. Modo de producción esclavista Esta es la segunda etapa histórica del desarrollo de los modos de producción, típica de la Edad Antigua, en la que la propiedad privada de la tierra y los medios de producción se combinaron con la esclavitud para producir bienes.
3. Modo de producción feudal En la tercera etapa, típica de la Edad Media, la propiedad privada de la tierra y los medios de producción están controlados por señores feudales, y la producción se lleva a cabo gracias a los siervos de la gleba, quienes deben trabajar la tierra del señor y entregar una parte de su producción.
4. Modo de producción capitalista Es la cuarta etapa histórica, caracterizada por la propiedad privada de los medios de producción y la explotación del trabajo asalariado para generar beneficios. Las leyes de funcionamiento del modo de producción capitalista constituyen la materia analizada por Marx en el primer volumen de El Capital. Bajo esta perspectiva, las relaciones sociales propias del modo de producción capitalista se caracterizan por la existencia de dos clases antagónicas:
- La burguesía, clase dominante que posee la propiedad privada de los medios de producción. Los burgueses acaparan la plusvalía generada por el producto del trabajo de los obreros asalariados.
- El proletariado, clase dominada desposeída de los medios de producción y obligada a trabajar a cambio de un salario siempre inferior al valor del producto de su trabajo.
Según el marxismo, existe una explotación social, ya que la burguesía acapara de manera injusta la plusvalía generada en el mercado por los obreros. Este antagonismo estructural entre los intereses respectivos de ambos grupos es la base de la lucha de clases. Tras la etapa capitalista, llegarían las fases de socialismo y comunismo pleno anteriormente explicadas.
Influencia del marxismo y desarrollo posterior
Las ideas de Marx han sido desarrolladas por otros teóricos, como el líder bolchevique ruso Vladimir Lenin, principal líder de la Revolución Rusa de octubre de 1917, o Antonio Gramsci, uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano en 1921. La muerte de Lenin dio lugar a varias escuelas de pensamiento, como el marxismo-leninismo, continuado por Joseph Stalin en la Unión Soviética, o el trotskismo, desarrollado inicialmente por León Trotsky, quien se enfrentó a Stalin liderando la oposición de izquierda. Trotsky fue expulsado de la Unión Soviética y murió en México, asesinado por órdenes de Stalin. En China, Mao Zedong asumió algunos planteamientos del marxismo-leninismo, configurando un sistema de pensamiento propio conocido como maoísmo.
El marxismo también ha influido en muchos políticos, como la alemana Rosa Luxemburgo, el albanés Enver Hoxha, el yugoslavo Josip Broz Tito, el búlgaro Georgi Dimitrov, el rumano Nicolae Ceaușescu, el vietnamita Ho Chi Minh, el norcoreano Kim Il-sung y el cubano Fidel Castro. Además, ha dejado huella en filósofos y pensadores como Georg Lukács, José Carlos Mariátegui, Herbert Marcuse, Jean-Paul Sartre, Louis Althusser, Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, así como en historiadores como Eric Hobsbawm.