La Venezuela de Hugo Chávez: Un Análisis Histórico

CHAVEZ

El 4 de febrero de 1992, un grupo de oficiales del ejército venezolano lideró un golpe de estado contra el gobierno del socialdemócrata Carlos Andrés Pérez. El país enfrentaba una complicada situación económica desde principios de la década anterior. Venezuela, que en aquel entonces era el país más próspero de Sudamérica gracias al auge petrolero y al carácter emprendedor de su gente, entró en crisis cuando el precio del petróleo comenzó a descender a principios de los años 80. El Estado gastaba más de la cuenta año tras año, incurriendo en déficits, y la deuda pública no hacía sino aumentar. Para enderezar las cuentas, Carlos Andrés Pérez, que ya había sido presidente de 1974 a 1979, implementó un drástico giro a la política económica mediante un plan de ajuste que ocasionó malestar en la sociedad venezolana.

A raíz de estas medidas, se convocaron varias manifestaciones en febrero de 1989 en lo que se conoció como El Caracazo. Miles de venezolanos salieron a las calles protestando, entre otras cosas, por el aumento en el precio de la gasolina. El gobierno de Pérez reprimió con dureza las manifestaciones, resultando en centenares de muertos y miles de heridos en los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. El Caracazo sirvió de justificación para los oficiales golpistas en su rebelión de 1992. El plan de los sublevados era tomar el control de la capital, asaltando el Palacio de Miraflores, sede de la presidencia del país, para deponer al presidente, que en ese momento se encontraba regresando de un viaje a Europa. Sin embargo, no lograron su objetivo y se mostraron incapaces de apoderarse de Miraflores y llegar hasta el presidente. Una parte de los golpistas huyó a Perú, otros fueron apresados y puestos a disposición judicial, entre estos últimos Hugo Chávez Frías, un coronel de la brigada paracaidista.

Chávez compareció en televisión pidiendo a los insurrectos que entregasen las armas. Vestido con uniforme de campaña y una boina roja, su figura quedó grabada en la memoria de los venezolanos. Fue encarcelado en un penal militar, pero Carlos Andrés Pérez no recibió muchos apoyos en el Congreso de la República. El principal opositor, el democristiano Rafael Caldera, le culpó del golpe. En la calle, el respaldo a Pérez se desvaneció, y en 1993 fue destituido por el Congreso debido a acusaciones de corrupción. Para entonces, se había consumado un segundo intento de golpe de estado, esta vez por oficiales de la fuerza aérea. El precio del petróleo seguía bajo y Venezuela atravesaba una serie de convulsiones.

Las elecciones de 1993 fueron ganadas por Rafael Caldera, pero con una participación muy baja, obteniendo solo el 30% de los votos. Desde la cárcel, Hugo Chávez escribió un libro titulado "Cómo salir del laberinto" y pidió la abstención en las elecciones, criticando el sistema político surgido del Pacto de Punto Fijo de 1958. A su juicio, este sistema de alternancia entre los partidos Acción Democrática y COPEI era el responsable de todos los males que afligían a Venezuela, y abogaba por una Asamblea Constituyente para empezar de cero.

En 1994, Chávez fue liberado y una de sus primeras acciones fue viajar a La Habana, donde fue recibido con honores de jefe de estado por Fidel Castro. El régimen cubano, en crisis tras la implosión de la Unión Soviética en 1991, veía en Venezuela un aliado estratégico. Chávez quedó subyugado por la oratoria de Castro y, a su regreso a Caracas, se metió de lleno en la política, fundando el Movimiento Quinta República. Este partido de izquierda con vocación regeneracionista recorrió el país explicando su programa, enfocado en acabar con la corrupción y aprovechar mejor la renta petrolera.

En 1998, Chávez se postuló para las elecciones presidenciales, formando una coalición llamada Polo Patriótico. Con un 56% de los votos, ganó las elecciones y tomó posesión del cargo el 2 de febrero de 1999, calificando la constitución vigente como "moribunda" y prometiendo una nueva constitución. En abril y diciembre de ese año, se celebraron referendos que resultaron en la aprobación de una nueva constitución, a pesar de la alta abstención.

Chávez convocó nuevas elecciones legislativas y presidenciales en 2000, revalidando su victoria con el 59.7% de los votos. Sin embargo, la participación fue baja, lo que llevó al régimen a desarrollar una obsesión por controlar y manipular las elecciones. La revolución bolivariana se aceleró, con Chávez abusando de las Leyes Habilitantes para gobernar sin contrapesos. Enfrentó a la oposición y a la patronal, especialmente con la toma de control de la petrolera estatal PDVSA en 2002, lo que desencadenó un paro nacional y una manifestación que terminó en violencia frente al Palacio de Miraflores.

El 11 de abril de 2002, Chávez fue forzado a renunciar temporalmente, siendo reemplazado brevemente por Pedro Carmona. Sin embargo, un contraataque de los chavistas y el retorno de Diosdado Cabello al poder reinstauraron a Chávez. Los sucesos de abril de 2002 consolidaron su régimen, y el aumento del precio del petróleo le permitió continuar con su proyecto revolucionario. La Venezuela de Chávez, marcada por la polarización y el control autoritario, dejó un legado de profunda transformación y controversia en la historia del país.

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